La evaluación y diseño de un sistema de seguridad debe tener en cuenta que el espacio a proteger no es único, sino que se compone de un conjunto de espacios – en el exterior y el interior de la vivienda -, cada uno de los cuales se debe proteger, de manera que actúen como filtros que dificultan el acceso del intruso a la vivienda y que alertan de su presencia lo antes posible.
Optex se refiere al sistema de seguridad por anillos como una defensa en profundidad. Angel Olleros explica: “El diseño de anillos de seguridad, debe ser sencillo a la vez que entendible para ser usado. La dificultad para el consultor de seguridad residencial estriba en acotar, cuál es el nivel de sencillez, que a su vez no signifique insuficiente, manteniendo el enfoque de que, la «defensa en profundidad» de soluciones transversales, suman más que las soluciones verticales individuales.”
Habitualmente el espacio a proteger se divide en tres anillos exteriores - perímetro, proximidad, envolvente - y un anillo interior - la vivienda en sí -, que serán determinados por el instalador o consultor de seguridad.
Los sistemas de protección por anillos son de aplicación para todo tipo de viviendas, pero son especialmente útiles en el caso de chalés o viviendas unipersonales donde no hay seguridad grupal y hay multitud de posibles accesos al perímetro. Aunque parece una obviedad, cada vivienda y cada espacio son únicos por tanto no hay una guía única a la hora de diseñar un sistema de seguridad por anillos; es necesario analizar caso por caso evaluando cada anillo, identificando las amenazas y vulnerabilidades.
El perímetro de la parcela. Las necesidades de seguridad de este primer anillo en gran medida van a depender de dónde esté ubicada la propiedad y si el perímetro es abierto o cerrado. Se debe considerar si se trata de una propiedad aislada o si se trata de un chalé en una urbanización cerrada, así como analizar si es limítrofe con otras propiedades o zonas públicas. En el caso de perímetros cerrados, es necesario analizar qué tipo de protección física ('seguridad pasiva') comprende: muros, vallado, rejas; evaluar su estado y si su finalidad es estética o de seguridad.
La vivienda puede estar colindante con campo, bosques, playas o parques por lo que habrá que tener en cuenta la vegetación y el tipo de fauna salvaje, ya que podría ser causa de molestas falsas alarmas si no se especifica la tecnología de intrusión adecuada.
Proximidad a la vivienda. La zona de aproximación a la vivienda, dependiendo del tamaño de la parcela, puede incluir una gran variedad de espacios. Se debe considerar si el terreno que rodea la vivienda es regular (superficie plana) o irregular, por ejemplo, jardines en laderas. Así mismo, habrá que identificar cuáles son áreas de circulación en las inmediaciones de la vivienda para configurar los detectores de manera adecuada y evitar falsas alarmas.
Una vulnerabilidad común en la proximidad de la vivienda suele ser la vegetación, que puede esconder la aproximación del agresor. Si hubiera muebles de jardín, zonas con equipamiento deportivo o parque infantil también deben tenerse en cuenta para proteger el espacio adecuadamente y reducir huecos sin vigilancia. La piscina, pistas de juegos o garajes, si los hubiera, se considerarán zonas independientes a la hora de protegerlas frente a una intrusión.
Envolvente. La estructura exterior de la vivienda es el último anillo exterior antes de acceder al interior. Un primer análisis de la fachada debe identificar cuáles son los puntos de acceso a la vivienda y vulnerabilidades en la estructura, como puede ser la existencia de cristaleras. En muchos casos la protección de la planta baja de la vivienda será suficiente, pero en función del tipo de construcción puede haber balcones, tejados planos y/o ventanas en plantas altas a los que se pueda acceder con relativa facilidad y que por tanto se deben proteger. Un aspecto crítico a la hora de determinar el tipo de seguridad para la fachada es analizar si la estructura de la vivienda es lineal o no, así como si hay salientes o curvas en la estructura.
Anillo interior. El análisis del anillo interior debe contemplar la vivienda en sí y otras estructuras cerradas dentro de la parcela, como garajes o gimnasios. Sobre el plano de la vivienda se deben establecer las distintas zonas a proteger, priorizando espacios de alta seguridad y determinando zonas que puedan ser activadas de manera independiente, por ejemplo en casas con varias plantas poder dejar activados los sensores solo en la planta de abajo por la noche. Se debe tener en cuenta la distribución de habitaciones, sus dimensiones, si el espacio a proteger es diáfano o esquinado, y si hay pasillos o escaleras, para poder especificar la tecnología de detección adecuada.
Una vez realizada la evaluación de los anillos el siguiente paso en el diseño del sistema de seguridad es seleccionar la tecnología adecuada. Entendiendo como funciona cada tecnología y como se complementa con otras, podemos sacar el máximo nivel de fiabilidad y rendimiento del sistema de seguridad residencial para lograr una protección multicapa efectiva desde el perímetro exterior hasta el interior de la vivienda.